“No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”. Lo dijo Charles Darwin, y no estaba pensando en empresas precisamente, pero aplica el concepto, sin ninguna duda. La versatilidad se refiere a la capacidad para adaptarse rápida y fácilmente a diferentes condiciones. Una empresa versátil puede responder ante distintos desafíos y adaptarse a diferentes contextos.
La versatilidad se alimenta de la flexibilidad, pues esta capacidad es la que abre la puerta de la versatilidad. Podríamos remontarnos a la historia y preguntarnos por qué Henry Ford dejó de fabricar el Ford T que le trajo tanta fama y riqueza… eso es sencillo: hubiera perdido esa fama y riqueza si no hubiera podido evolucionar a la Ford F100 y luego a la Explorer y, en fin, todos los modelos que percibió inteligentemente que el mercado estaba esperando.
Vamos a ver: si su fortaleza es hacer gallo pinto, podría armar un modelo de negocio interesante… dependiendo del lugar y el momento. Pues si está en Siberia, mejor no se ponga una heladería al aire libre, excepto que tenga una gran capacidad para gestionar los riesgos. La flexibilidad es lo que lleva a tener la apertura necesaria para pensar nuevos modelos de negocios y la versatilidad es lo que da permanencia a la empresa en el tiempo, otorgándole la capacidad de adaptarse a las diferentes condiciones del mercado: nuevo clima empresarial, nuevos productos, nueva competencia, nuevos retos… ¿nuevas pandemias?
La flexibilidad es indispensable para entender que se pueden encontrar caminos, pero la versatilidad es la estrategia para elegir los indicados. La clave para incorporar la versatilidad como estrategia de negocios es lograr transformar una visión flexible del negocio en un modelo que resista todas las tormentas. Ya sabemos cómo se aceleró la historia en los últimos 50 años: del Ford T de 1908 a la F100, de 1948, pasaron 40 años. Pero en la fugaz actualidad, en un año se producen más novedades de la que uno tiene tiempo de leer. Y la versatilidad es indispensable para sobrevivir a ese tsunami de retos.
No es sencillo, claro, pero para eso existen empresas como PositivaMente, que precisamente acompañan a los empresarios a desarrollar la flexibilidad necesaria y construir la versatilidad que asegure la continuidad del negocio, a pesar de todas las transformaciones del mercado. Las empresas que logran incorporar la versatilidad como estrategia son las que pueden perdurar y crecer a través del tiempo. Compruébelo, vale la pena.
Silvia Álvarez